Desde que era una pequeña niña y veía a mi padre con su cámara, ya estaba detrás de él, para que me la dejara... sinceramente, creo que algunas veces, me hubiese tirado la cámara en la cabeza para que me callara, lo mareaba demasiado, pero es que necesitaba tenerla entre mis manos, para ver el mundo a través de ella, necesitaba plasmar una realidad, necesitaba ahogar mis pensamientos y transmitirlos a través de algo que yo pudiera controlar. Tal y como hago ahora, me encanta la fotografía y por eso decidí formarme, estudio imagen en el politécnico de la capital de mi isla,y entre otras cosas, espero que esta oportunidad me abra muchísimas puertas y conocer a gente fabulosa.
Como dice el proverbio chino ...
``Una imagen vale más que mil palabras´´. Así que no voy a escribir la biblia, ya que creo que esta frase la llevo dentro, en el corazón.
