Se tardan segundos o décimas para lanzar una foto y una eternidad de estos para conseguir captar la imagen como se desea.
La fotografía, para mi, es una modo de expresión, evasión, creación, una manera de embellecer y destacar lo que esta ahí.
También una forma de congelar momentos, para después volverlos a ver una y otra vez, si se piensa el hecho de poder recordar con imágenes fijas los recuerdos, es fabuloso, casi magia.
Me voy a presentar, mi nombre es Lidia Aparicio Sales, nací el 9 de mayo de 1981 en Valencia. En esos tiempos mis padres estaban destinados en Las Islas Canarias por lo que el primer año de mi vida la pasé en aquellas islas, de ellas no guardo ningún recuerdo.
En el año 82, volvieron a Valencia, y se pusieron a vivir en un barrio de la periferia, trabajador, de una ciudad también periférica y en este barrio pase mi infancia, con tranquilidad, entre mi casa y la de mis abuelos, casa grande, antigua, de un barrio mítico de la ciudad, casi parecía de otra época.
Allí vivía, aparte de mis abuelos, parte de sus hijos. Una gran familia dedicada a la labranza del campo y vecinos del mar Mediterráneo.
Personas naturales, auténticas que vivían su vida sencilla y feliz … alguno de ellos aspiraban más hacia el arte como la escultura, el dibujo y la fotografía.
Como todos los niños a la edad adecuada empecé la escuela, una escuela pública de mi barrio donde guardo recuerdos. Un cosa mas significativas para mi, o que mas recuerdo. Son los colores, las diferentes clases sociales, las culturas, en general aprendí que cada persona nace de un molde y que todos somos distintos, pero iguales. Supongo que por eso me cuesta creer en los estereotipos. Lo que aprendí también es que no todos los cuentos son de azúcar. Los príncipes y las princesas no necesariamente viven en castillos.
Una vez acabe la escuela, no se porque ni cuando, me entró la pasión por la fotografía que me dura hasta hoy, y sin duda me acompañará siempre.
A causa de ello me matriculé en la escuela de imagen y sonido, ya que pensé que una formación teórica siempre era adecuada o al menos complementaria para poder desarrollar y experimentar mucho más matices que sólo una parte de esa formación puede darte, no tuve paciencia para acabar todos los cursos, reconozco para bien o para mal, que soy una persona muy apasionada, y a veces un poco impaciente, pero siempre he notado que esa parte de formación teórica, me ha hecho el camino mas corto.
Apenas cumplidos los veinte, entre trabajos ocasionales, pude ir desarrollando mi auténtica vocación, y adquiriendo, poco a poco, una experiencia imprescindible y lo mas importante darme cuenta de que cada día que pasaba me gustaba mas lo que hacia, el camino no era limpio y llano, según iba avanzando por el, me iba dando cuenta de que mi ilusión era poder, decir, plasmar, transmitir mediante mi herramienta, todo el mundo que yo veía y creía, pero aquí tropecé con el dilema, que, imagino, todas las personas de una u otra forma, durante su vida han encontrado.
A mí me encanta la fotografía creativa, libre, pero como todos los seres humanos tengo que vivir, y según evolucionamos no nos basta con comer, hay más necesidades, más complejas según la sociedad se vuelve mas compleja.
Así que convertí esta devoción en vocación y combiné la creatividad con la profesionalidad, para conseguir por medio del trabajo con los que todos los días tenia que lidiar, en una profesión que en cierto modo es lo que mas se ajustaba a mi forma de ser.
Intento día a día equilibrar de algún modo mi dedicación integra al séptimo arte, sin acabar siendo exclusivamente un mercader donde todo esté dedicado a la venta de productos. Y una forma de conseguirlo es realizando fotografías por puro placer. Estas son una parte de ese mundo evasivo al cual dedico mis horas, viendo de algún modo que en las cosas más pequeñas se puede encontrar la belleza, no es lo que hay, sino la forma de verlo.
Como ser humano tengo pensamientos, y veo la vida con mis contrastes, me apasiono con la caída de la luz, como lo baña todo, como ensombrece y da carácter a las imágenes que cada momento pasan por mis retinas. Y a veces baño de luz esos pensamientos y les pongo colores, creo atmósferas para alimentar mis sensaciones, a veces no tienen sentido, pero desprenden, cambian la percepción de la imagen siendo el mismo objeto, dando otro dramatismo con un simple giro de luz, como recae la importancia en algo concreto con un simple encuadre o profundidad.
Me fijo en la naturaleza, es un buen ejemplo! .. salta el sol en el horizonte por las mañanas y duerme con adorables colores naranjas, llegan las nubes y el cielo se pone a llorar, pero limpia el aire, puede que de la tormenta, surjan rayos, o caiga una noche estrellada con la luna llena reflejada en el agua del horizonte .. no se .. en cierto modo el mundo evoluciona, y cada uno tiene su universo, su vida, sus cambios su percepción sensorial, su sensibilidad.
Solo espero que todo esto que percibo siga así, o que se engrandezca. Pero no se como acabará … el tiempo lo dirá …